domingo, 7 de junio de 2009

PEDRO EMILIO COLL

Este escritor y periodista caraqueño nació el 12 de julio de 1872, fruto del matrimonio entre Pedro Coll Otero y Emilia Núñez Márquez. Tuvo la fortuna de estar en contacto con muchos de los escritores más importantes del momento, ya que su padre era dueño de la Imprenta Bolívar.
Pedro Emilio Coll atribuyó su inclinación hacia las letras a su aya Marcolina, quien le contaba regularmente narraciones infantiles.
Este gran escritor realizó sus estudios en el colegio La Paz de Caracas
A los 22 años abandonó su carrera universitaria para fundar, junto con Luis M. Urbaneja Achelpohl y Pedro César Domínici, la revista “Cosmópolis”, considerada como la publicación que inició el movimiento modernista en la literatura venezolana. Igualmente, fue colaborador de “El Cojo Ilustrado”; donde publicó uno de sus cuentos más famosos, “El Diente Roto”.
En 1896 sacó su primer libro titulado “Palabras”, que consistió en una recopilación de ensayos acerca del arte y la educación. Un año después, partió a Southampton (Inglaterra) donde permaneció hasta 1899 al frente de la sección “Letras hispanoamericanas”, de la revista Le Mercure de France. A su regreso a Venezuela en julio, es nombrado director en el Ministerio de Fomento.
Coll sacó a la luz en 1901 su segundo libro llamado “El castillo de Elsinor”, que incluyó una serie de ensayos acerca de temas literarios.
En 1911, la Academia de la Lengua lo incorporó como individuo de número. Cuatro años después fue nombrado cónsul general de Venezuela en París, y posteriormente asumió el cargo de secretario de la Legación de Venezuela en Madrid.
Entre 1924 y 1926 actuó como Fiscal de Bancos y senador por el estado Anzoátegui. Además, se vio obligado a tomar el cargo de presidente del Congreso Nacional.
Una tercera recopilación de ensayos, en este caso históricos, fue publicada por Coll en 1927, bajo el nombre de “La escondida senda”.
Desde este año y hasta 1933, ejerció como Inspector de los Consulados en Europa. En 1934, ingresó como individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, en la que trabajó como bibliotecario en 1941.
Pedro Emilio Coll para el momento de su muerte, que ocurrió el 20 de marzo de 1947, estaba trabajando en una selección de su obra para la Biblioteca Popular Venezolana del Ministerio de Educación. Ésta fue publicada en 1948 en forma póstuma, bajo el título de “El paso errante”.

sábado, 6 de junio de 2009

DOÑA BARBARA

Doña Bárbara es una novela escrita por el venezolano Rómulo Gallegos y publicada en 1929. Ha sido reeditada más de cuarenta veces y traducida a otros idiomas. Consta de tres partes y se desarrolla en la sabana del Apure, región del Arauca.
Doña Bárbara es una rica terrateniente, inclemente por una experiencia traumática que tuvo de adolescente al ser violada por un grupo de sanguinarios piratas que también le arrebataron el primer amor de su vida. Ella ha acumulado grandes tierras y manadas extensas de ganados usando a los hombres para su provecho personal, así como por medios ilegales, tales como el soborno a los funcionarios locales. Uno de los pocos terratenientes restantes en el área es Santos Luzardo, que ha vuelto del extranjero para imponer control en el rancho de su familia. Él sospecha que el capataz del rancho, Balbino Paiba, había estado trabajando de forma disimulada para Doña Bárbara a fin de poder robar sus ganados. Los otros peones no creen que Santos sea el que le ponga bocado a las fechorías de Doña Bárbara, pero él demuestra con su manejo exceso del caballo, que el equilibrio del poder de la región están a punto de cambiar.
Doña Bárbara tiene una hija adolescente con Lorenzo Barquero, el terrateniente con el que ella estuvo involucrada y al cual dejó quebrado, la madre no quiere saber de ella, es dejada al completo abandono, aunque Juan Primito un criado de Doña Bárbara, se ocupa secretamente de ella. Después de que a Santos descubre a Marisela, se toma la tarea de ocuparse de ella y de su padre y se los lleva a su Rancho, para brindarle a Marisela una educación y alejar a Barquero del vicio del alcohol. Mientras tanto, Doña Bárbara se siente atraída a Santos, pero cuando ella se entera de que su propia hija es un rival para su afecto, busca por todas las vías arruinarlos.
La novela narra el regreso de Santos Luzardo a una hacienda en los llanos venezolanos y su encuentro con Doña Bárbara, patrona de la hacienda. Es un análisis de la sociedad llanera, y en general, del país. Representa el conflicto entre la civilización y la barbarie. En ella el progreso está personificado en Santos Luzardo y el atraso, impuesto por el determinismo del medio geográfico, en el resto de los personajes, especialmente en Doña Bárbara.
Temática
Doña Bárbara representa aquella Venezuela cruel, insensible por la corrupción, traición, despotismo, falta de libertad, latifundismo e injusticia y brujería; pero en el melodrama se muestra que en la realidad existía también una raza buena que ama, sufre y espera para luchar contra la dictadura desenfrenada de aquel entonces, gente representada por Santos Luzardo.
Es una novela realista, hay en ella una observación profunda del mundo, una marcada descripción de una realidad, su intención va más allá de lo literario. Persigue un fin social, un cambio en la sociedad, la obra muestra la clásica y casi compulsiva obsesión de Rómulo Gallegos por incidir en la realidad venezolana bárbara e insensata del siglo XIX mediante un proyecto civilizador que plantee, en primera instancia, un impulso educativo abrasador, proyectado por una sociedad o un hombre intelectual cuya meta es concientizar al bárbaro, luego de la negativa inicial que la única manera de progreso es el cumplimiento de la ley y que existen mecanismos colectivos de bien común que van más allá de simples personalismos e instintos particulares. Gallegos plantea, pues, una solución al caudillismo.
Personajes
Principales
Doña Bárbara: Representa la barbaridad del llano, es la antítesis de Luzardo; ella es arbitraria, violenta, astuta y caprichosa. Sin embargo, todavía en ella no hay una ausencia absoluta de sentimientos, que son despertados intensamente por Santos Luzardo. Sus maneras contradictorias son producto de su herencia mestiza y reflejan el comportamiento salvaje de su ambiente. Su comportamiento es una reacción al trauma que ella sufrió en su niñez, víctima de altos niveles de abuso.
Santos Luzardo: Representa la civilización y el progreso. Él es un hombre del llano civilizado por la ciudad, y al mismo tiempo,abogado y doctor graduado de la Universidad Central de Venezuela. Luzardo es un hombre con gran profundidad psicológica y en esencia es buena persona.
Marisela: Representa la buena materia prima que la civilización puede moldear. Producto de una relación sin amor, es rescatada por Santos Luzardo cuando se encontraba en una condición degradante.
Secundarios
Lorenzo Barquero: Joven con mucho futuro por delante, que al morir su padre se ve obligado a regresar al llano en donde su voluntad es destruida por la desgracia y el vicio.
Juan Primito: Representa la superstición y la creencia pagana de los hombres del llano. mandador de Doña Barbara, enamorado de Marisela.
Guillermo Danger: llamado también "Mister Danger" Representa el desprecio de los extranjeros hacia los venezolanos. Es cómplice de Doña Bárbara.
Don Pernalete: Representa, en unión con "Mujiquita" la incompetencia política del país y el decadente estado de derecho, al mismo tiempo representa el estado deprimente de la sociedad, causada por los líderes políticos de la época.
Balbino Paiba, Antonio Sandoval, Juan Palacios «Pajarote», Carmelito Lopez , Melquiades Gamarra: ayudan a Doña Bárbara a matar a los hombres que Bárbara mandaba a matar sin necesidad que esta les pagara.
Félix Luzardo: Hijo primogenito de Don José y Doña Asunción, el es asesinado por su propio padre.
María Nieves: El cabestrero.
Venancio: Hijo de Don Venancio, Venancio es el amanzador.
Mujiquita: amigo de Santos, Mujiquita trabaja en la Jefatura civil.
Doña Bárbara en el cine
Doña Bárbara fue llevada a la pantalla en 1943, producida por Clasa Films, (originalmente Jesús Grovas), dirigida por Fernando de Fuentes y estelarizada por la actriz mexicana María Félix. El guión fue escrito por Rómulo Gallegos y Fernando de Fuentes. Esta versión dura 138 minutos y tiene sonido monoaural. La fotografía es de Alex Phillips, la escenografía de Jesús Bracho y la música de Francisco Domínguez y Prudencio Esaa.
La versión argentina de 1998, con guión y dirección de Betty Kaplan.
Doña Bárbara en la televisión
La más recordada es la versión de 1975 de RCTV escrita por José Ignacio Cabrujas y por Salvador Garmendia. La televisión cubana también, en 1978, hizo su versión con Raquel Revuelta (Doña Bábara) y Manolo Gómez (Santos Luzardo) en los roles protagónicos. Otra versión para la televisión, fue producida en el Perú en el año de 1964. En la actualidad, Telemundo, estrenó en el 2008 una versión de la novela, bajo el nombre de Doña Bárbara, donde la actriz mexicana Edith González interpreta a Doña Bárbara y el actor peruano Christian Meier interpreta a Santos Luzardo.
Doña Bárbara: el musical En 1966, con la asistencia de Don Rómulo Gallegos, fue estrenada en el Teatro Municipal de Caracas, la Ópera Doña Bárbara, con música de Caroline Lloyd y libreto de Isaac Chocrón, inspirada en su famosa novela. Un numeroso público llenó la sala teatral a donde también asistieron distinguidas personalidades de la política y la cultura. Al final de la representación,según personas que se encontraban en el teatro, el ilustre escritor lloró emocionado y aplaudió la versión musical de Doña Bárbara. En esta ópera debemos también recordar que Morella Muñoz y Ramón Iriarte interpretaron los personajes principales: Doña Bárbara y Santos Luzardo

RÓMULO GALLEGOS

Rómulo Gallegos
Rómulo Gallegos Freire (n. Caracas, 2 de agosto de 1884 – 5 de abril de 1969) fue un novelista y político venezolano. Se le ha considerado como el novelista venezolano más relevante del siglo XX y uno de los más grandes literarios latinoamericanos de todos los tiempos, algunas de sus novelas como Doña Barbara han pasado a convertirse en clásicos de la literatura hispanoamericana.
Ejerce el cargo de presidente de Venezuela en 1947 por escasos nueve meses, y se convirtió en el primer mandatario presidencial elegido de manera directa, secreta y universal por el pueblo venezolano, y ha sido el Presidente de la República que ha obtenido el mayor porcentaje de votos a su favor en elecciones populares celebradas en el país en todos los tiempos, con más del 80% de la totalidad de los votos
Vida y obra
Infancia y Juventud
Hijo de Rómulo Gallegos Osío y de Rita Freire Guruceaga, en 1888 cursó la escuela en primaria. En 1894 ingresó en el Seminario Metropolitano, pero sale obligado por la muerte de su madre, el 13 de marzo de 1896 y por la necesidad de ayudar a su padre a sostener la familia. Luego en 1898 ingresa en el colegio Sucre, donde tiene como maestros a Jesús María Sifontes y a José Manuel Núñez Ponte y recibe el título de bachiller en 1902. En ese mismo año se inscribe en la Universidad de Caracas para seguir la carrera de leyes, que abandona en 1905. En 1906, fue designado jefe de la estación del Ferrocarril Central, en Caracas. Ya Gallegos había comenzado su larga trayectoria como escritor.
Vida Literaria
En sus comienzos como narrador, Rómulo Gallegos publicó Los Aventureros (Caracas, 1913), una colección de cuentos. Otros relatos son recopilados en La Rebelión y otros cuentos (Caracas, 1946) y La Doncella y el Último Patriota (México, 1957). Su período como cuentista abarca desde 1913 hasta 1919, aunque otros cuentos se publicarán en 1922. En sus obras siempre mantendrá el realismo, las cuales se dividen en tres temáticas fundamentales: Los de crítica de costumbres, los de ambiente criollo donde plantea la antinomia civilización y barbarie, y los que describen pasiones, desequilibrios y anormalidades.
Sus novelas reflejan su interés por la vida del campesinado venezolano. Su primera novela, El último Solar (1920), la reeditaría en 1930 con el título de Reinaldo Solar que relata la historia de la decadencia de una familia aristocrática a través de su último representante, en el que se adivina a su amigo Enrique Soublette, con quien fundará en 1909 la revista Alborada. En 1922 escribe El forastero pero lo publica empezando el año de 1942 por temor a la reacción del dictador Gómez. En 1922 logra publicar La rebelión y en 1925 publica La Trepadora, retratando en ambas el problema del mestizaje, planteando como solución los matrimonios mixtos. En 1926 viaja a Europa y en Lourdes redescubre su fe perdida.
En 1927 viaja para presenciar los llanos venezolanos y así documentarse para su próxima novela. El resultado sería Doña Bárbara publicada en 1929. Doña Bárbara representa aquella Venezuela cruel, insensible por la corrupción, traición, despotismo, falta de libertad, latifundismo e injusticia y brujería; pero en el melodrama se muestra que en la realidad existía también una raza buena que ama, sufre y espera para luchar contra la dictadura desenfrenada de aquel entonces, gente representada por Santos Luzardo. Esta novela lo llevaría al reconocimiento público, fue la más exitosa de sus obras. El dictador Juan Vicente Gómez al ver su prestigio lo nombró en 1931 senador por el estado de Apure, pero sus convicciones democráticas lo hicieron renunciar al cargo y expatriarse, exiliándose en 1931 a Nueva York.
En 1932 va a España y permanece allí hasta que en 1935 muere el dictador y Rómulo Gallegos decide volver a Venezuela. En el año de 1934 publica Cantaclaro, y en 1935 Canaima. Así como para Gallegos el mestizaje era la solución de los conflictos entre mantuanos e indígenas, el mestizaje también sería la solución de los conflictos de civilización y barbarie.
Traducciones
De muchas obras de Rómulo Gallegos se han hecho incontables ediciones en una gran cantidad de idiomas, siendo Doña Bárbara la más popular y la que más traducciones ha tenido en todo el mundo (inglés, francés, ruso, italiano, esperanto, etc.). De La Trepadora se hizo en Caracas una notable traducción al italiano, lo que ayuda a comprender la idea de que el enfoque de los temas tratados por Rómulo Gallegos es mucho más universal de lo que en un principio pudiera parecer
Reconocimientos
La Universidad de Columbia le confiere el Doctorado Honoris Causa en 1948, al cual renuncia en 1955 cuando le otorgan la misma distinción al dictador guatemalteco Carlos Castillo Armas, con esto sigue mostrando su convicción democrática. Es distinguido por otras universidades, entre las que se encuentran la Universidad de San Carlos en Guatemala (1951), la Universidad de Costa Rica (1951), la Universidad de Oklahoma en Estados Unidos (1951), Universidad Central de Venezuela (1958), Universidad de Los Andes en Venezuela (1958) y la Universidad del Zulia (1958). Fue nominado al Premio Nobel de Literatura y ganó el Premio Nacional de Literatura (1957-1958).
En el año 1937 publica Pobre negro, en 1942 El forastero, y al año siguiente Sobre la misma tierra. En 1951 publica La brizna de paja en el viento. En 1952 comienza a redactar su última novela Tierra bajo los pies, que permanecería inédita hasta su tardía publicación en 1973.
Vida Política
Comenzó su carrera política a muy temprana edad militando en oposición al dictador Juan Vicente Gómez. En 1937 Gallegos es elegido diputado y poco a poco abandonará la literatura para dedicarse a la política. Cuando el general López Contreras asume la presidencia, se inicia una era reformista en Venezuela, nombrando en 1936 Ministro de Educación en el gobierno de Contreras, pero sus esfuerzos para llevar a cabo una profunda reforma escolar fracasaron, y se le obligó a dimitir. En 1941 el partido democrático nacional Acción Democrática, del cual figura fundador, propone a Gallegos como presidente. En 1945 participó en el golpe militar que llevó al poder a Rómulo Betancourt como presidente provisional del país, y fue en las primeras elecciones libres de Venezuela de 1947 cuando es elegido presidente de la nación. Toma el cargo el 15 de febrero de 1948 pero en noviembre del mismo año el ejército se subleva en el Golpe de estado de 1948 bajo el mando de una junta militar encabezada por Carlos Delgado Chalbaud y lo destituyen de su cargo; muere así la experiencia democrática. Exiliado de nuevo, va a Cuba y a México en 1949, Rómulo Gallegos regresó a su país al ser liberado éste de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, pero ya no se dedicaría a la política. Vivió en Caracas hasta el día de su muerte, en 1969 Trabajos publicados
Novelas
El último Solar (Reinaldo Solar) (1920)
La trepadora(1925)
Doña Barbara(1929)
Cantaclaro(1934)
Canaima(1935)
Pobre negro (1937)
El forastero (1942)
Sobre la misma tierra (1943)
La brizna de paja en el viento (1952)
Una posición en la vida (1954)
El último patriota (1957)
Tierra bajo los pies (1973)
Cuentos
Sol de Antaño, publicado también como Las Rosas en El Cojo Ilustrado, 1 de Enero de 1910. Incluido en Los Aventureros.
La Liberación, publicado en El Cojo Ilustrado, 1 de Marzo de 1910. Incluido en Los Aventureros.
Una aberración curiosa, publicado en El Cojo Ilustrado, 15 de Octubre de 1910. Incluido en La Doncella y el Último patriota.
Las Novias del Mendigo, publicado en El Cojo Ilustrado, 1 de Diciembre de 1910. Incluido en Los Aventureros.
El Último Patriota, publicado en El Cojo Ilustrado, 15 de Enero de 1911. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
Los Aventureros, publicado en El Cojo Ilustrado, 1 de Febrero de 1911. Incluido en Los Aventureros.
Entre las ruinas, publicado en El Cojo Ilustrado, 15 de Agosto de 1911. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
El apoyo, publicado en El Cojo Ilustrado, 1 de Octubre de 1911. Incluido en Los Aventureros.
El milagro del año, publicado en Los Aventureros, 1913.
Estrellas sobre el barranco, publicado en Los Aventureros, 1913.
El cuento de carnaval, publicado en El Cojo Ilustrado, 15 de febrero de 1914. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
El análisis, publicado en El Cojo Ilustrado, 15 de Abril de 1914. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
Un caso clínico, publicado en La Revista, 20 de Junio de 1915. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
La Esfinge, publicado en La Revista, 26 de Septiembre de 1915. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
El piano viejo, publicado en La Revista, 1916. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Los Menganez, publicado en Actualidades, 9 de Febrero de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Una resolución enérgica, publicado en Actualidades, 16 de Febrero de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
El cuarto de enfrente, publicado en Actualidades, 23 de Febrero de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
El crepúsculo del Diablo, publicado en Actualidades. 2 de Marzo de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Alma Aborigen, publicado en Actualidades, 9 de Marzo de 1919. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
El Paréntesis, publicado en Actualidades, 16 de Marzo de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
La ciudad muerta, publicado en Actualidades, 23 de Marzo de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
La encrucijada, escrito en 1913 pero publicado en Actualidades el 30 de Marzo de 1919. Incluido en La Doncella y el Último Patriota.
Pataruco, publicado en Actualidades, 6 de Abril de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Pegujal, publicado en Actualidades, 20 de Abril de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
La hora menguada, publicado en Actualidades, 27 de Abril de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Marina, publicado en Actualidades, 11 de Mayo de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Paz en las alturas, publicado en Actualidades, 18 de Mayo de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Un Místico, publicado en Actualidades, 1 de Junio de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
La fruta del cercado ajeno, publicado en Actualidades, 8 de Junio de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
El Maestro, publicado en Actualidades, 27 de Julio de 1919. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
La Rebelión, publicado en La Lectura Semanal, 30 de Abril de 1922. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Los Inmigrantes, publicado en La Novela Semanal, 9 de Septiembre de 1922. Incluido en La Rebelión y otros cuentos.
Doña Barbara, publicado en 1929 bajo la editorial Araluce.

viernes, 5 de junio de 2009

HISTORIA DE LA LITERATURA VENEZOLANA

Historia de la Literatura Venezolana

La Época Colonial
La primera referencia escrita que se posee con respecto a Venezuela es la relación del tercer viaje (1498) de Cristóbal Colón (c. 1451-1506), durante el cual descubrió Venezuela. En esa epístola (31 de agosto de 1498) se denomina a Venezuela como la "Tierra de gracia". Pero poco a poco aparecerán los escritores de literatura. Desde los días de la isla de Cubagua (1528) los encontramos. De ellos ha llegado el nombre y el poema de Jorge de Herrera y las vastísimas Elegías (1589) de Juan de Castellanos.
Durante los tres siglos coloniales la actividad literaria será constante, pero los textos que se conservan en la actualidad son escasos, debido a la tardía instalación de la imprenta en este país (1808), lo cual impidió a muchos escritores editar sus libros. Pese a ello, de 1723 es la Historia de José de Oviedo y Baños, la mayor obra literaria del barroco venezolano; de las últimas décadas del siglo XVIII procede el Diario (1771-1792) de Francisco de Miranda, la mayor obra en prosa del periodo colonial.
De fines del mismo siglo es la obra poética de la primera mujer escritora del país de la que se tiene noticia: sor María de los Ángeles (1765-1818?), toda ella cruzada por un intenso sentimiento místico inspirado en santa Teresa de Jesús. Pese a que se puede nombrar a varios escritores de este periodo, los rasgos más notables de la cultura colonial hay que buscarlos más que en la literatura en las humanidades, en especial en el campo de la filosofía y de la oratoria sagrada y profana, en las intervenciones académicas y en el intento llevado a cabo por fray Juan Antonio Navarrete (1749-1814) en su Teatro enciclopédico.
Los primeros escritores venezolanos de la literatura colonial fueron los cronistas de Indias, entre ellos Juan de Castellanos, fray Pedro de Aguado y fray Pedro Simón. Podemos también mencionar a José Oviedo y Baños, quien residió en Caracas desde los 14 años de edad, como el primer escritor criollo. Oviedo y Baños con un estilo clásico y realista contaron la conquista y población de la Provincia de Venezuela.
Durante la revolución de la Independencia, Simón Bolívar también usó su pluma para defender y divulgar los principios republicanos, y a veces para expresar sus emociones y vivencias personales. Las creaciones literarias que marcarán pauta pertenecerán a los géneros de la prosa y la poesía de sabor neoclásico de Andrés Bello. A su lado, destaca la escritura genial de ruptura y parodia de Simón Rodríguez.
Neoclasicismo y Romanticismo
En los inicios de la era republicana figuran cuatro grandes nombres de las letras venezolanas: Andrés Bello, Fermín Toro, Rafael María Baralt y Juan Vicente González. El más destacado poeta, de clara autenticidad romántica, se llama Juan Antonio Pérez Bonalde.
Entre los costumbristas venezolanos están Daniel Mendoza, Francisco de Sales Pérez, Nicanor Bolet Peraza, Francisco Tosta García, Rafael Bolívar Alvarez, Rafael Bolívar Coronado y Miguel Mármol. Dos escritores de carácter señalan la transición hacia nuevas posiciones intelectuales y creadoras: Cecilio Acosta y Arístides Rojas.
Positivismo, Modernismo y Literatura Venezolana
Fue después de 1880 cuando se perfiló en Venezuela un movimiento literario de más ambiciosa inspiración. En el género narrativo, el descubrimiento del naturalismo inspiró a Tomás Michelena una novela: Débora (1884) y a Manuel Vicente Romero García, su obra Peonía (1890), primera tentativa de novela criolla integral. Otros autores dentro de la tendencia serían Gonzalo Picón Febres (El sargento Felipe, 1899), y Miguel Eduardo Pardo (Todo un pueblo).

Manuel Díaz Rodríguez, prosista y narrador de refinado lenguaje, se destaca como la figura más importante que el modernismo produjo en Venezuela. Le suceden Luis Urbaneja Achepohl, Rufino Blanco Fombona, José Rafael Pocaterra, Teresa de la Parra y Rómulo Gallegos.
Con la obra portentosa de Rómulo Gallegos, donde se destaca la inmortal novela Doña Bárbara, culmina toda una etapa de la narrativa venezolana, aquella sometida a las influencias del nativismo, del costumbrismo, del realismo, del lirismo descriptivo que alcanza tonos épicos cuando contempla las luchas del hombre con la naturaleza.
Es importante mencionar a Arturo Uslar Pietri (Las lanzas Coloradas, 1931), quien se afirmó como la mayor promesa narrativa novelesca; a Enrique Bernardo Nuñez, a Julio Garmendia, a Antonio Arraiz, a Ramón Díaz Sánchez, a Guillermo Meneses, a Miguel Otero Silva. Del grupo "Contrapunto", entre 1946 y 1949, surgen narradores destacados (Andrés Mariño Palacio, Ramón González Paredes, Héctor Mujica y otros), dueños de una información literaria más actual que los anteriores, y cuyas creaciones pretenden liberar la narrativa de los resabios del costumbrismo, del criollismo, de la temática rural, del mensaje edificante, del modo de contar lineal. Más tarde, aparece Salvador Garmendia, quien desarrolla su temática hasta consecuencias de hiperrealismo anonadante, y aborda otros espacios, entre ellos el fantástico.
También se destaca la narrativa paródica y densa de Luis Britto García, pasando por la importante obra de José Balza, un experimentador incansable, y por la de Oswaldo Trejo, atrevidamente textual. Se impone citar a Humberto Rivas Mijares y a Gustavo Díaz Solis, a Pedro Berroeta, a Oscar Guaramato, a Antonio Márquez Salas, a Alfredo Armas Alfonzo, Manuel Trujillo, Orlando Araujo y a Adriano González León, la gran promesa del grupo Sardio y de la generación de 1960.
También están presentes Argenis Rodríguez, José Vicente Abreu, Laura Antillano, Francisco Massiani, Denzil Romero, Ednodio Quintero, Alberto Jiménez Ure, Gabriel Jiménez Emán, Armando José Sequera y Antonia Palacios, autora de la más importante obra narrativa de pluma femenina después de Teresa de la Parra.
La Poesía
A pesar de que la poesía venezolana tardó mucho en alcanzar la modernidad, un poeta que debe ser leído y valorado como el único gran poeta modernista que tuvo Venezuela, es Alfredo Arvelo Larriva, virtuoso de la rima y del soneto. Otros poetas dignos de ser recordados son Andrés Mata, Sergio Medina, Ismael Urdaneta y Andrés Eloy Blanco, el poeta más popular de Venezuela, situado entre lo tradicional y la vanguardia.
Vale mencionar también a Fernando Paz Castillo, a Luis Barrios Cruz, a Jacinto Fombona Pachano, a Rodolfo Moleiro, a Enrique Planchart, a Luisa del Valle Silva, a Enriqueta Arvelo Larriva, a Héctor Cuenca, a Julio Morales Lara y a Luis Enrique Mármol. Mención aparte merece José Antonio Ramos Sucre, maestro del poema en prosa, erudito, simbólico y misterioso.
Entre tanto, tanto los poetas de 1918 como Antonio Arraiz, cada cual por su lado, dieron al traste con las formas y el lenguaje poético atrapados en las lecciones de versificación y rimado. La vanguardia produce sólo dos poetas: Pablo Rojas Guardia y Luis Castro. A cierta distancia de estos poetas, despuntó en el movimiento vanguardista Carlos Augusto León.
El grupo Viernes, que se impuso entre 1938 y 1941, estuvo compuesto por Rafael Olivares Figueroa, Ángel Miguel Queremel, José Ramón Heredia, Luis Fernando Álvarez, Pablo Rojas Guardia, Pascual Venegas Filardo, Oscar Rojas Jiménez, Otto De Sola, y Vicente Gerbasi, aceptado hoy día como una de las voces líricas más intensas de Venezuela y de América. Entre los poetas que no siguieron las pautas viernistas destaca Juan Beroes, la figura que aupó el grupo "Suma", quien regresó a las formas poéticas clásicas y renacentistas. Luego surge Juan Liscano.
Dentro del contexto de "españolistas" hay que situar la obra de Ida Gramcko, Ana Enriqueta Terán y Luz Machado. Estas mujeres poetas ocupan un sitio de privilegio en las décadas de 1940 y 1950. En la actualidad destacan la poesía muy personal de Yolanda Pantin, Margara Russoto, Edda Armas, Cecilia Ortiz y Lourdes Sifontes.
José Ramón Medina es uno de los valores poéticos más firmes del posviernismo y el posespañolismo; sus compañeros Luis Pastori y Aquiles Nazoa no cambiaron los rasgos iniciales de su escritura neoclásica o neomodernista. Los poetas Dionisio Aymará y Carlos Gottberg, entre otros, se adentraron en la condición del hombre cotidiano.
De la llamada "Generación del Sesenta" surgen poetas excepcionales: Rafael Cadenas, Francisco Pérez Perdomo, Juan Calzadilla, Arnaldo Acosta Bello, Ramón Palomares, Caupolicán Ovalles, Hesnor Rivera. Entre este grupo de poetas y el pasado hay que situar a Juan Sánchez Peláez, cuya obra reducida pero de intensa virtud visionaria y metafórica, de desgarrones existenciales y lirismo atormentado, reconoce como fuente la generación del sesenta. La breve experiencia de la revista Cantaclaro (1950), reveló a tres poetas: Rafael José Muñoz, Jesús Sanoja Hernández y Miguel García Mackle. Alfredo Silva Estrada se concretó a crear una obra que se cuenta entre las más coherentes de la poética venezolana.
Otros poetas de ese período son Luis García Morales, Luis Guillermo Sucre, Víctor Salazar, Gustavo Pereira, Ludovico Silva, Ramón Querales, Luis Camilo Guevara, Víctor Valera Mora, Eleazar León, Elí Galindo y Julio Miranda. En Valencia, los poetas Eugenio Montejo, Alejandro Oliveros, Teófilo Tortolero, Reynaldo Pérez Só, en la revista Poesía de la Universidad de Carabobo, descartan las actitudes polémicas y crean un espacio propio.
El poema breve encuentra en Luis Alberto Crespo a un cultivador original. De la generación de los ochenta, se encuentran voces como Enrique Mujica, Miguel y Vasco Szinetar, Willian Osuna, Armando Rojas Guardia, Igor Barreto, Salvador Tenreiro, Alberto y Miguel Márquez, Alejandro Salas, Luis Pérez Oramas, Nelson Rivera y Armando Coll Martínez.
La poesía de la década de 1960 la dominan Eugenio Montejo y Luis Alberto Crespo; la de 1980, Yolanda Pantín y Rafael Arraíz Lucca (1959- ); la narrativa, figuras como José Balza, Francisco Massiani, Luis Britto García, Denzil Romero, Guillermo Morón, Gustavo Luis Carrera (1933- ), Ana Teresa Torres (1945- ), Laura Antillano (1950- ) y Stefanía Mosca (1957- ); el ensayo, Juan Carlos Santaella; y Víctor Bravo (1949- ) y Javier Lasarte (1955- ), la crítica literaria.
De la prosa y sus aplicaciones
El ensayo como subgénero vendría siendo una toma de conciencia de la propia escritura; desde este punto de vista Simón Rodríguez sería un ensayista. Ensayistas venezolanos de comienzos de siglo son Gonzalo Picón Febres, Luis López Méndez y Jesús Semprum.
Es importante la obra de Julio Planchart, Luis Correa, César Zumeta, José Gil Fortoul, Pedro Emilio Coll y Arturo Uslar Pietri, quien ha cultivado esporádicamente el ensayo literario. La enseñanza, la bibliografía, la compilación, la investigación deben mucho a humanistas extranjeros nacionalizados o integrados a la vida del país hace años, como Pedro Grases, Manuel Pérez Vila, Segundo Serrano Poncela, Juan David García Bacca, y otros muchos fallecidos, como Federico Riu, Agustín Millares Carlo, Edoardo Crema, Juan Nuño y Ángel Rosenblat.
Igualmente, sobresalen los trabajos de Eduardo Arroyo Lameda, Mario Briceño Iragorry, Laureano Vallenilla Lanz, Pedro Manuel Arcaya y Augusto Mijares. Entre los escritores de los sesenta sobresalen José Francisco Sucre y Ludovico Silva. Guillermo Sucre y Francisco Rivera pueden ser distinguidos como los mejores ensayistas actuales sobre literatura.
LA INDEPENDENCIA
La literatura hispanoamericana se hizo autónoma de la española durante este periodo (1823) gracias a los trabajos de Andrés Bello, porque él lo llenó todo con su obra intelectual, la cual traza el sendero que iba a recorrer esta literatura naciente y emancipada. Sin embargo, durante la etapa bélica (1810-1826) predomina la literatura de orientación política, cuya gran figura para Venezuela, sin duda alguna, fue Simón Bolívar, quien, además de ser el Libertador de Venezuela, fue también un escritor epistolar, orador, periodista y orientador de lo que sería la independencia.
Textos suyos como La carta de Jamaica (1815), un ensayo vertido dentro de la forma epistolar, o el Discurso de Angostura (1819), composición ensayista para ser leída en voz alta, están considerados entre sus textos más significativos. Poetas menores concibieron obras de combate, o canciones patrióticas, que los compositores musicaron y llenan la atmósfera de aquel periodo de emergencia.
ROMANTICISMO
Será dentro del romanticismo cuando la literatura venezolana logre sus primeras obras significativas. En poesía brillan los nombres de José Antonio Maitín, el primer poeta romántico, y Antonio Pérez Bonalde (1846-1892), quien logra una plena expresión romántica, convirtiéndose así en el escritor mayor de esa escuela. En prosa, la novela da sus primeros pasos, pero no logrará desarrollarse hasta finales de siglo, pese a que la primera publicada, Los mártires (1842) de Fermín Toro, sea una obra de los años cuarenta.
Al mismo tiempo la literatura vive el periodo costumbrista, que será el puente que conduzca a la expresión nacional en la novela, cosa que se encuentra en Zárate (1882), de Eduardo Blanco (1838-1912); en Peonía (1890), de Manuel Vicente Romero García —obra considerada el símbolo por excelencia del criollismo venezolano—, y en Todo un pueblo (1899), de Miguel Eduardo Pardo. En prosa crítica, durante este periodo, hay que citar a los grandes humanistas de la República; la mayor parte de ellos fueron además de ensayistas penetrantes críticos literarios. Los nombres de Fermín Toro, Cecilio Acosta, Juan Vicente González y Amenodoro Urdaneta (1829-1905), crítico literario, autor de Cervantes y la crítica (1877), son esenciales en este momento.
MODERNISMO
Durante el modernismo hispanoamericano (1882-1916), desde la publicación del Ismaelillo (1882) de José Julián Martí hasta la muerte de Rubén Darío (1867-1916), Venezuela aportó su contribución. Y lo hizo más por el camino de la prosa que de la poesía. De ahí que haya que comenzar citando al gran maestro de la prosa modernista, Manuel Díaz Rodríguez: novelista, cuentista, orador, ensayista, crítico, gran esteta de la palabra de todo el continente; no se podría dejar de mencionar a Pedro Emilio Coll, ensayista, pensador, cuentista, o al gran satírico de la novela: Rufino Blanco Fombona (1874-1944), polígrafo de esa generación.
Durante el proceso del modernismo se hicieron presentes tanto el positivismo como el criollismo. El primero dio ensayistas de la calidad de José Gil Fortoul o un crítico de la perspicacia de Luis López Méndez. Siguiendo las estéticas de su época compuso el mismo Gil Fortoul su novela Julián (1888). El criollismo se desarrolló en paralelo al modernismo. Su figura mayor es la del cuentista Luis Manuel Urbaneja Alchelpohl, considerado el padre del género en la literatura venezolana; en poesía la figura central del criollismo fue Francisco Lazo Martí, autor de la Silva criolla (1901). Los días finiseculares tuvieron en los críticos Julio Calcaño (1840-1918), Gonzalo Picón Febres (1860-1918) y Jesús Semprum sus mejores exponentes.
EL SIGLO XX
La primera generación literaria que se dio en el siglo XX fue la de "La alborada" (1909), y Rómulo Gallegos es su figura central. Coetáneo con ellos se desarrolló el trabajo novelístico de José Rafael Pocaterra (1889-1955), cuyas narraciones están más cercanas al naturalismo. Se le considera la figura esencial de la narración corta venezolana por sus Cuentos grotescos (1922); sus novelas Vidas oscuras (1916) y La casa de los Abila (1946) se encuentran entre las mejores que escribió. Contemporánea suya fue Teresa de la Parra, quien noveló en sus dos únicos libros, Ifigenia (1924) y Memorias de Mamá Blanca (1929), el carácter marginal en que vivía la mujer venezolana y memoró el fin de un universo vivencial. Durante este mismo periodo, finales de la década de 1920, Rómulo Gallegos llevó a la madurez la novela venezolana a través de Doña Bárbara (1929), Cantaclaro (1934) y Canaima (1935).
La poesía del mismo periodo la encabezaron los miembros de la generación de 1918. Entre ellos se destacan las obras de Fernando Paz Castillo (1893-1981), José Ramos Sucre y Andrés Eloy Blanco. Como una isla quedó uno de los fundadores de la modernidad poética: Salustio González Rincones. Durante este periodo la mujer insurgió en el dominio de la literatura. La lección de Teresa de la Parra fue seguida por singulares poetas como Enriqueta Arvelo Larriva (1886-1963), Luisa del Valle Silva (1902-1962), Mercedes Bermúdez de Belloso (1915- ) y una pléyade de narradoras cuya principal figura es Antonia Palacios. Rafael Angarita Arvelo (1898-1971), sistematizador del sendero de la novela, y Julio Planchart (1885-1948) se contaron entre los más hondos intérpretes del fenómeno literario en esos días.
La vanguardia se impuso en Venezuela en torno a 1928 con la publicación del número uno y único de la revista Válvula. Pese a ello, ya Antonio Arraíz (1903-1962) había abierto el sendero con su poemario Áspero (1924). Miguel Otero Silva (1908-1985) y Pablo Rojas Guardia (1909-1978) se contaron entre sus poetas más influyentes.
En la ficción narrativa Julio Garmendia había abierto el sendero del tratamiento fantástico de la narración corta con La tienda de muñecos (1927). Al año siguiente Arturo Uslar Pietri ofreció otro modelo de renovación a través de Barrabás y otros relatos (1928) con el cual inició una de las obras centrales del cuento venezolano.
Poco después, Uslar Pietri enriqueció la novela con Las lanzas coloradas (1931). A él siguieron novelistas que dejaron su impronta en la narrativa mayor, como Enrique Bernardo Núñez con Cubagua (1931), Guillermo Meneses con El falso cuaderno de Narciso Espejo (1953), Miguel Otero Silva con Casas muertas (1954) o La piedra que era Cristo (1984) o Ramón Díaz Sánchez con Mene (1936) y Cumboto (1950). Durante este mismo periodo pudieron leerse los primeros ensayos de Mario Briceño Iragorry, Augusto Mijares, Mariano Picón Salas y del propio Uslar Pietri.
En 1936, terminada la dictadura (1908-1935) de Juan Vicente Gómez (1857-1935), se inició un nuevo periodo político en el país. Éste tuvo también su impronta literaria. Se expresó primero en el decir poético del grupo literario viernes (1939), el cual trajo nuevos aires más contemporáneos a la poesía. Su figura central fue el poeta Vicente Gerbasi. No puede dejarse de señalar la significación que tuvo también el poeta Luis Fernando Álvarez. Críticos como el alemán Ulrich Leo (1890-1964) o el erudito español Pedro Grases (1909) se sumaron a la aventura de los viernistas. El primero propuso los puntos de vista críticos para interpretar la estética de viernes.
Durante este mismo tiempo se hizo sentir el magisterio crítico del profesor Eduardo Crema (1892-1974) e inició su labor de intérprete de las letras venezolanas Luis Beltrán Guerrero. También a finales de la década de 1930 hizo su aparición el poeta y crítico Juan Liscano. Su obra poética es de las más singulares de la aventura creadora venezolana. Gran animador del debate cultural a partir de 1936, ha sido el poeta y comentarista Pascual Venegas Filardo (1911- ). El periodismo literario tuvo su gran iniciador en José Ratto Ciarlo (1904- ), creador en 1945 de la página de arte de El Nacional.
En 1942 surgió el grupo de poetas que fue bautizado con el nombre de ese año. Aedas significativos como Juan Beroes, Ana Enriqueta (1918- ), Ida Gramcko, Luz Machado y Luis Pastori forman parte de esta promoción.
En 1946 apareció el grupo Contrapunto, el cual, si bien tuvo poetas como José Ramón Medina o Rafael Pineda (1926), contribuyó a la mayoría de edad del cuento. Entre sus cultores se cuentan verdaderos maestros, como Gustavo Díaz Solís o Héctor Mújica (1927- ). En esta promoción quien pugnó por innovar la novela fue Andrés Mariño Palacio a través de Los alegres desahuciados (1948). Sus Ensayos (1967) deben considerarse como la exposición de aquello que se propuso hacer a través de la prosa de ficción, ya que él fue el crítico de esta generación. Durante este mismo periodo hay que destacar la obra ensayística de J.L. Salcedo-Bastardo (1926- ), Guillermo Morón y los críticos Óscar Sambrano Urdaneta, Alexis Márquez Rodríguez, Efraín Subero (1931- ), Domingo Miliani y Orlando Araujo, cuyas obras se conocieron a partir de las décadas de 1950 y 1960.
El gran cambio dentro del decir poético se realizó en la década de 1950 a través del libro Elena y los elementos (1951), del poeta Juan Sánchez Peláez. En esa misma década los nombres de Rafael José Muñoz y Alfredo Silva (1933) constituyen otros hitos de la poesía, la cual se eslabonará luego con la de los poetas de la década de 1960.
Los nombres de Juan Calzadilla, el primer poeta verdaderamente urbano de la literatura venezolana, Ramón Palomares, Guillermo Sucre, Rafael Cadenas, Francisco Pérez Perdomo y Miyó Vestrini (1938-1991) forman el cuadro esencial de este periodo. La renovación de la narrativa será la obra de Salvador Garmendia a través de Los pequeños seres (1959); Garmendia, Adriano González León y Rodolfo Izaguirre contribuyeron a un cambio en la perspectiva del narrar. En el ensayo hay que nombrar a Elisa Lerner, a críticos como Guillermo Sucre, Ludovico Silva (1937-1988), Francisco Rivera o Arturo Uslar-Braum (1940-1991), ensayista singular.
La poesía de la década de 1960 la dominan Eugenio Montejo y Luis Alberto Crespo; la de 1980, Yolanda Pantín y Rafael Arraíz Lucca (1959- ); la narrativa, figuras como José Balza, Francisco Massiani, Luis Britto García, Denzil Romero, Guillermo Morón, Gustavo Luis Carrera (1933- ), Ana Teresa Torres (1945- ), Laura Antillano (1950- ) y Stefanía Mosca (1957- ); el ensayo, Juan Carlos Santaella; y Víctor Bravo (1949- ) y Javier Lasarte (1955- ), la crítica literaria.

PLAN NACIONAL DE LECTURA

PLAN NACIONAL DE LECTURA
(2002-2012)
Todos por la Lectura
PRESENTACIÓN
El Plan Nacional de Lectura se propone impulsar y consolidar un cambio significativo y generalizado en el comportamiento lector de la población venezolana para favorecer su desarrollo social. De este modo el Estado venezolano aspira a cumplir con un deber indeclinable, como es el de garantizar el derecho de la población a la lectura y la escritura.
La escuela no es ya la única responsable de la formación de lectores competentes. La democratización de la lectura, del acceso al libro y a los demás bienes culturales son objetivos estratégicos y requieren de un gran compromiso social. Por ello es importante que muchas personas e instituciones públicas y privadas estén dispuestas a trabajar no sólo para alfabetizar, sino también para promover la lectura y la escritura en todo el país.
El Plan Nacional de Lectura se ejecutará así en todo el territorio nacional y contará con la participación de las familias, las comunidades, las escuelas, las bibliotecas públicas, las universidades, las librerías, las cuales pueden interactuar conjuntamente con otros entes públicos y privados para alcanzar, de manera corresponsable, el objetivo propuesto. En cada localidad, en cada región venezolana, el Plan se adaptará a las particulares condiciones socioeconómicas y culturales de sus beneficiarios y potenciará las experiencias previas.
1. ANTECEDENTES
A lo largo del proceso educativo, se ha observado un número significativo de la población, que presenta como características índices importantes de analfabetismo absoluto y un elevado porcentaje de analfabetismo funcional. De acuerdo con las experiencias y las estadísticas con las que contamos, vemos como consecuencia las siguientes condiciones que presentan estos grupos sociales: bajos porcentajes de incorporación al sistema educativo; exclusión y deserción escolar; bajo nivel académico en las áreas de lengua y matemática, interrupción de los estudios medios, técnico profesional y superior, disparidad en la demanda de empleo en relación con las demandas requeridas por el sistema productivo para el desarrollo económico del país, bajo porcentaje de consumo de libros, uso de las bibliotecas con fines escolares casi exclusivamente; lo cual, de acuerdo con los estudios realizados en Latinoamérica se corresponde con la falta de comprensión de la lectura.
A partir de la base de que hasta ahora los esfuerzos realizados, tanto por el sector educativo como cultural, públicos y privados han resultado insuficientes, a pesar de haber desarrollado buenos programas y dispuesto de recursos. Se plantea traspasar las fronteras institucionales y desarrollar un plan nacional que involucre a todos por la lectura, tomando en cuenta las proyecciones de la población que deseamos abordar.
• Un 14% de la población venezolana está integrada hoy por niñas y niños de 0 a 5 años de edad. De este grupo etéreo más de la mitad de los niños venezolanos de 3 a 5 años no tienen acceso al sistema escolar. La promoción de la lectura en este nivel debe preparar al niño y a la niña para la alfabetización, debe buscar el desarrollo de una cultura lectora en la familia
y en el entorno comunitario del niño.
• Un 13% de la población venezolana actual está conformado por niñas y niños entre los 6 y los 12 años, edades en las cuales se realiza propiamente la alfabetización, entendida ésta mucho más que como la capacidad para descifrar la palabra impresa: como la capacidad para comprender y utilizar la información impresa en actividades cotidianas, en el hogar, en el En este grupo de edades se requiere de una educación que busque el afianzamiento de sus capacidades, hábitos y comportamientos lectores y de escritura.
• Otro 13% de la población venezolana está constituido hoy por adolescentes, es decir se encuentra entre los 12 y 18 años y está cursando la tercera etapa de la educación básica y el ciclo diversificado. Por sus características emocionales y sociales los jóvenes de estas edades no sólo están bajo riesgo, sino que atraviesan por un momento de sus vidas en el cual se definen sus comportamientos y conductas individuales y sociales. La promoción de la lectura antes y después de los 12 años es fundamental en tanto permitiría a estos jóvenes vadear el destino del analfabeto funcional y acceder al mundo de la ciencia, la tecnología y la cultura, fundamentales para su realización personal y su futuro desempeño profesional.
• Un 19% de la población venezolana es adulta – joven, entre los 18 y los 24 años, caracterizada como un sector mayoritario, con grandes deficiencias acumuladas en su formación lectora y cultural, que ingresa al mercado laboral y a los niveles académicos superiores. El porcentaje de esta parte de la población que logra acceder a la educación superior no tiene en Venezuela estímulos suficientes ni adecuados para profundizar sus capacidades lectoras, lo cual deriva en dificultades en los aprendizajes, incide en los bajos niveles de investigación humanística, científica y tecnológica, grandes carencias de nuestra educación superior. Gran parte de esta población pasa a engrosar así, desde estas edades, las filas de la población subempleada o desempleada o las de repitientes en las universidades, profundizándose la brecha socio–económica en la que se debate un sinnúmero de analfabetos funcionales.
• El sistema educativo, en la educación superior, debe continuar promoviendo la lectura en las tres esferas mencionadas por la Encuesta Internacional sobre Alfabetización de Adultos (IALS): Alfabetización en prosa: Los conocimientos y las aptitudes necesarios para comprender y utilizar información que figura en textos, entre ellos editoriales, artículos sobre noticias, poemas y obras de ficción. Alfabetización documental: Los conocimientos y las aptitudes necesarios para ubicar y utilizar información en diferentes formatos, entre ellos mapas, gráficos, cuadros, formularios de pago de sueldos, solicitudes de empleo y horarios de medios de transporte. Alfabetización cuantitativa: Los conocimientos y las aptitudes necesarios para aplicar las operaciones aritméticas a números que aparecen en materiales impresos, como calcular el saldo en una libreta de cheques, determinar el valor de una propina, llenar un formulario de pedido de mercancías o determinar el importe del interés de un préstamo anunciado publicitariamente.
• Es interesante anotar que es en la educación superior donde el Estado invierte comparativamente más en Venezuela: para
1995–1997 invirtió un 34,7% del presupuesto para la educación, en la enseñanza superior, y destinó a la Educación Secundaria un 29,5%.
Los elevados índices de repitencia, deserción y el analfabetismo funcional –este último todavía por medir–, demostrarían que no existe relación alguna entre la cuantía de los recursos invertidos en educación y la calidad de la misma. Un problema que suele señalarse en el caso venezolano es que la asignación de los recursos en el sistema educativo se orienta más a financiar los insumos como sueldos, mantenimiento y dotación de las unidades educativas y menos en los resultados –calidad- de la labor educativa. Una alternativa para reforzar las actividades que buscan superar esta situación es el Plan Nacional de Lectura.
• La población adulta, constituida por mayores de 25 años, es un 41% de la población total del país. Es ella la que toma las decisiones que comprometen a las generaciones futuras.
Es en este vasto segmento poblacional donde el analfabetismo funcional se puede traducir en actuaciones y decisiones de contenido empobrecedor para la sociedad. Al carecer la gran mayoría de esta población de sólidos hábitos de lectura y escritura, su visión del mundo y de la propia sociedad puede resultar estrecha y limitada y no acorde con los requerimientos propios de la comunidad nacional donde actúa.
A falta de estudios integrales del comportamiento lector de los venezolanos, la que sigue es necesariamente una formulación de hipótesis preliminar, transitoria y basada en información estadística sectorial, dispersa y ya conocida.
Uno de los propósitos del Plan Nacional de Lectura es recopilar estadísticas confiables, útiles para su ajuste y reconducción en caso de que fuese necesario. Asimismo, la ejecución del Plan irá proporcionando bases para una construcción teórica profundamente arraigada en la realidad venezolana y no una generada en función de otras realidades, importada e impuesta forzadamente sobre la particular situación de esta sociedad.
Entretanto, el escenario social en el cual se ejecutará el Plan Nacional de Lectura supone una estrecha correlación entre analfabetismo y pobreza. Ambas realidades se alimentan mutuamente. Combatir el analfabetismo es urgente si se desea alcanzar la gran meta establecida en el Plan Económico y social de la Nación para el lapso 2001–2007: erradicar la pobreza como condición para alcanzar el bienestar colectivo y un alto grado de justicia política–económica [1]. Una de las condiciones para superar la pobreza y elevar el Índice de Desarrollo Humano es contar con buena capacidad de lectura y escritura entre la población.
Como resultado de la encuesta realizada por la OCEI, en el año 2001 se desprende la caracterización mostrada en el Cuadro 1.El cuadro 1 muestra fuerte vinculación entre el grado de escolaridad y el nivel socioeconómico de la población. Esta observación se mantiene cuando se analiza además la relación entre tasa de desocupación y nivel socioeconómico.
Si se suman los porcentajes de la población en situación de pobreza extrema y de pobreza crítica, el total es 45%; si a esta cifra se agrega una porción significativa de la población de clase media donde, presumiblemente, se concentra una parte importante del analfabetismo funcional, el porcentaje de la población en esta categoría sería muy alto y podría situarse en más del 70%.
La población venezolana muestra un índice elevado de alfabetización básica o tradicional –en 1999 el índice para la población de 15 años de edad y mayores era de 92,3%–, resultado de la labor emprendida durante muchos años hasta el presente desde el aparato educativo integrado por instituciones públicas y privadas. No obstante, debido a la prolongada crisis que afecta a la sociedad venezolana desde los primeros años de la década de los 80, agravada durante los años
90, las cifras revelan el mantenimiento del número absoluto de analfabetos a partir de 1981.Para 1990 quedaban todavía más de un millón y cuarto de analfabetos. El último Censo de Población revela una disminución del porcentaje de analfabetismo del 6%.
El analfabetismo básico o tradicional es más significativo en los estados más pobres de Venezuela (Portuguesa, Apure, Amazonas y Delta Amacuro, con índices de desarrollo humano (IDH)
Desarrollo Humano, Escolaridad y Educación
Año 2001 [2] por debajo del 0,60) [3], hábitat de buena parte de la población indígena. Este hecho indica que el Plan debe contener propuestas específicas para las diferentes situaciones por grupos de edad y características de la población en las regiones.
Si bien las cifras de analfabetismo tradicional no son alarmantes, sí lo son las que muestran la caída de la matrícula en el inicio de la educación media: si la matrícula en educación básica, en valores brutos, en 1995, era de 90%, esta cifra cae a 19% cuando se trata de su valor neto [4]. Relevantes son también los índices de repitencia y deserción que proporciona el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, tomando como ejemplo la disminución en la deserción en la educación básica de 399.371 alumnos en el año 1998 a 167.850 para el 2000. Asimismo, se aprecia un leve aumento de repitientes en educación media, diversificada y profesional, de 17.660 en 1997 a 21.313 alumnos en 1999.
De acuerdo con un criterio establecido por UNESCO, ...”puede hablarse de alfabetización funcional de una persona cuando ésta ha adquirido el conocimiento y las competencias en lectura y escritura que le permiten participar de forma eficaz en todas las actividades en las que la alfabetización es algo que se da por supuesto en su cultura o su grupo” [5].
Es muy posible que la población venezolana esté afectada por elevadas tasas de analfabetismo funcional. Después de aprender a leer y escribir se estima que un alto porcentaje -el 40 %-[6] lo padece [7]. Ello querría decir que una parte muy importante de la población ha limitado sus lecturas a lo indispensable -lo mismo ocurre con la escritura-, y deja de practicarlas hasta perder estas habilidades totalmente.
El esfuerzo alfabetizador será eficaz si se continúa con un programa vasto y suficientemente prolongado de promoción de la lectura y de la escritura para formar y consolidar buenos comportamientos lectores.
Al analfabetismo básico o tradicional y al funcional se agrega el analfabetismo digital, que afecta no sólo a los jóvenes, sino también a los docentes y adultos, y especialmente a personas en situación de pobreza extrema. El mismo es resultado del rezago en el dominio de las nuevas tecnologías que permiten el acceso a la información por medios electrónicos y en especial por medio de aplicaciones en multimedia. La brecha tecnológica entre Venezuela y los países más adelantados del mundo, en el campo de las nuevas tecnologías informáticas, si bien es atendida, no lo es en forma suficiente. Se ha estimado que, en todo el territorio nacional, esta nueva forma de analfabetismo puede llegar a ser del 80% en el año 2002. “En el último quinquenio [1995-2000] aumentaron las ventas de computadoras, pero sólo el 5 % de ellas está vinculado a internet
o tienen correo electrónico”[8].El país realiza un importante esfuerzo para superar esta situación: el 22 de mayo de 2000 el Presidente Hugo Chávez Frías dictó el decreto 825 por el cual ordenó el acceso y el uso de internet como política prioritaria para el desarrollo educativo. Entre otros mandatos, el decreto establece que el 50 % de los programas educativos de las etapas básica y diversificada estén disponibles en formato internet.
Esta meta deberá estar cumplida para el año 2002.
La multiplicación y cobertura de los infocentros busca atenuar el impacto de esta situación en toda la sociedad.
Escenario comunicacional
Partiendo de la idea de que la comunicación y la información son elementos constructores del desarrollo cultural de una sociedad, los medios de comunicación cobran relevancia como actores protagónicos en el escenario de un Plan Nacional de Lectura. Por ello, la radio, televisión y prensa escrita tienen la gran posibilidad y alta responsabilidad de contribuir a corregir la situación planteada. Gran parte de la población venezolana lee, por lo menos, la prensa, lo que convierte a esta última en un instrumento fundamental para lograr la transformación propuesta.
Sin embargo, la situación señalada en los anteriores escenarios, se refleja también en la programación de los medios. No es extraño observar poca valoración del idioma, pobreza de vocabulario, difusión de textos crípticos y comprensibles sólo por minorías, escasez de escritos que favorezcan la comprensión lectora, entre otras características que no propician el desarrollo de una población que esté integrada, principalmente, por lectores y escritores competentes.
El Plan Nacional de Lectura plantea la convocatoria a un importante número de empresas de comunicaciones públicas y privadas, así como también a los medios alternativos, a participar en este vasto esfuerzo de Todos por la Lectura.
El desarrollo de un Plan Nacional de Lectura con el consenso de todos los entes e instituciones, así como del colectivo nacional se constituirá en una estrategia de significancia en la disminución del analfabetismo y por ende de los índices de exclusión y pobreza.
2. FUNDAMENTACIÓN
El Plan Nacional de Lectura se enmarca dentro de las líneas generales del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2001 – 2007, en función al mismo se pudiera decir que de manera globalizadora, la política venezolana se plantea, impulsar Educación de Calidad para Todos que se materializa en acceso, permanencia y prosecución como respuesta a las necesidades sociales garantizando condiciones de universalidad y equidad.
En este sentido y en atención a la situación antes descrita, se demanda una Política de Estado en materia de lectura que dé respuestas rápidas y eficaces. La reducción de los índices de analfabetismo debe contribuir a construir un país donde la gente pueda ejercer sus deberes y derechos con propiedad. Los ciudadanos tienen el derecho de acceder a la lectura, al libro y a los demás bienes culturales. La tarea se centra en la formación de lectores autónomos, críticos y capaces de mejorar su calidad de vida y entender y transformar su realidad.
La particular conformación del tejido social venezolano y su marcada heterogeneidad requieren del diseño de políticas públicas que tomen en cuenta la desigualdad que lo caracteriza, basada en el modo de distribución de la riqueza.
Habida cuenta de esa realidad, el Plan Todos por la Lectura (2002-2012) será el resultado de un esfuerzo interinstitucional dirigido a la promoción de la lectura, no sólo como un valor en sí, sino como medio para mejorar la ubicación de los venezolanos en la estructura económico-social. Ello significa promover, por medio de la lectura eficiente el ejercicio de los derechos ciudadanos, el acceso a mayores niveles educativos, el uso y aprovechamiento de los avances científicos y tecnológicos y, en general, el mejoramiento de la vida en comunidad por medio de la lectura.
Fortalecer la vinculación de la población entre sí, y en función de un proyecto nacional igualitario, participativo y democrático, depende en gran medida de la posibilidad de leer para tener acceso a la información disponible. Es, gracias a la lectura, como se forman los criterios que propician una sana actitud crítica, constructiva y transformadora en la población. Quienes habitan en los lugares más apartados del país y quienes lo hacen en el centro, tienen –por medio de la lectura y la disponibilidad de libros que divulgan y discuten conocimientos e ideas-, mayor posibilidad de unirse y organizarse para lograr fines comunes. Este Plan apoya y acompaña las actividades ya existentes, con el convencimiento de que sólo potenciando estos esfuerzos se logrará que las grandes mayorías se apropien de las herramientas culturales a su disposición. La lectura es un asunto estrechamente vinculado con el desarrollo humano y social sustentable. Difícil será lograr los objetivos de desarrollo social que se propone alcanzar el Estado venezolano si el esfuerzo educativo que se realiza con la población, desde los primeros años de edad, no se extiende a grupos de edades que incluyan muy especialmente al adulto.
Los libros, lectores y escritores son referentes, es decir, elementos sobresalientes, constitutivos de una cultura escrita. Pero aún en nuestras sociedades, la práctica cultural de la lectura no tiene el arraigo que deseamos. La significación social, los contenidos y los patrones de acción que se tienen con relación a la lectura y escritura varían de un individuo a otro, de un grupo humano a otro.
El desarrollo de una cultura escrita es un logro social resultado de esfuerzos grupales. Dicho logro depende, en gran medida, de las opciones de participación e integración que tengan niños y niñas, jóvenes y adultos en espacios donde haya libros, promotores de lectura y diálogo entre gente, donde sea posible descubrirse y valorarse mutuamente y ampliar mundos ajenos de marcados por una pluralidad de significados.
La lectura y la escritura, por lo tanto, deben servir de vehículo para la comunicación y el desarrollo, traduciéndose así, en progreso de la nación; por lo que no pueden convertirse en instrumentos de segregación ni de imposición. En este marco conceptual, la promoción debe entenderse como el ejercicio de una práctica sociocultural dirigida a transformar las maneras de percibir, valorar y usar la lectura y la escritura como formas de interacción comunicativa entre hablantes que nos permite participar y abrirnos paso hacia distintas manifestaciones escritas de la cultura, y que como todo intercambio con otros y con culturas diversas, viene a enriquecer y a transformar nuestro propio acervo.
La aspiración de todos los ciudadanos lectores será posible si logramos que esta tarea sea asumida como corresponsabilidad ente la escuela, las bibliotecas, las comunidades y las familias con el concurso de diversas instancias sociales.
La formación de un lector autónomo es una responsabilidad compartida, pues en cada uno de estos ámbitos las experiencias lectoras iníciales y decisivas, tienden a diversificarse y, por lo tanto son capaces de satisfacer las distintas necesidades del apetito del nuevo lector.
En este marco de ideas, la lectura y la escritura se refuerzan como derecho de todos, y su promoción en y con las comunidades aparece como un deber indeclinable del Estado venezolano y de todos aquellos sectores sociales en capacidad de abordarlos.
De otra manera no se puede hablar de un país en vías de desarrollo ni de la construcción de una sociedad productora y productiva, pues a través del uso del código escrito es que se concretan las ideas, se estructuran proyectos, se ejecutan acciones coherentes con el proyecto de país y se puede hablan entonces de avances tecnológicos, científicos, sociales, de utilización real de los recursos con los que se cuenta y de la producción de artículos, bienes y mercancías para cubrir las necesidades propias de ese país y para generar ingresos basados en la exportación.
Está más que comprobado que cuando se asumen las deficiencias se puede avanzar hacia la construcción de soluciones, mirándose a sí mismo y estableciendo las prioridades para el desarrollo, partiendo del diálogo en colectivo. No estamos en
condiciones de importar todo lo que consumimos y es necesario salir de la crisis desde nosotros mismos, desde la revisión de nuestras capacidades y potencialidades, y para ello, es necesario que la población esté formada, y no hay mejor vía para ello que la lectura y la escritura.
En este contexto podemos afirmar que el punto de partida de este plan es la gente, se consolidará como producto de la acción y de la interacción humana, vale decir del diálogo para el intercambio de significados.
Estamos ante una situación nacional que demanda respuestas asertivas por parte de todos los sectores, tanto privados como oficiales, pero más especialmente se hace necesario coordinar acciones para fortalecer la voluntad política de eliminar o minimizar los índices de analfabetismo en el país y convertirlo en una sociedad de lectores, es decir un país donde la gente pueda ejercer sus derechos con propiedad.
En un país de libertades hay que democratizar la lectura, el acceso al libo y demás bienes culturales.
Un lector no se forma solamente desde lo escrito, se forma como tal desde una cultura. Junto con la salud, la alimentación, la vivienda y el deporte, la lectura debe constituirse en una necesidad básica del venezolano como clave esencial para su desarrollo y el crecimiento de la sociedad.
Resulta imprescindible promover el valor de la lectura y las ventajas que trae consigo, a través de un gran proyecto nacional de promoción de lectura y de escritura. Hay que informar, trabajar de ceca con los maestros, los bibliotecarios, los padres, las madres, para que lean con los niños, les narren cuentos de la tradición oral, lean juntos la prensa, conversen sobre temas de interés común, les lean en voz alta, les cuenten anécdotas e historias, les regalen libros, los inscriban en las bibliotecas públicas, es decir propicien un entorno lector desde temprana edad, condición necesaria y eficiente para alfabetizarse; puesto que la alfabetización es la consecuencia de vivir en el seno de una cultura escrita.
El Plan Nacional de Lectura Todos por la Lectura (2002-2012) propiciará una reducción significativa de los altos índices de analfabetismo funcional, variante que limita seriamente las posibilidades de progreso del 40% o más de la población. Se trata de un gran segmento de venezolanos que, si bien aprendieron a leer y a escribir, han limitado sus lecturas a lo indispensable, o dejaron de practicar ambas habilidades hasta perderlas totalmente.
De poco vale el esfuerzo alfabetizador si no se complementa con un enérgico plan de actividades concretas y permanentes en el tiempo, a realizar en todo el país, para superar el analfabetismo funcional.
La tarea que nos planteamos a través de este plan contribuirá a disminuir estas deficiencias encontradas en los diferentes niveles de la población. Se hace necesario utiliza los recursos existentes como son las bibliotecas de aula, escolares, de docentes, institucionales, públicas y privadas como centros de promoción de la lectura a través de programas que incrementen sus colecciones.
El desarrollo del plan se concreta en unir esfuerzos para concertar visiones y acciones más integradoras y contundentes, a fin de lograr que la cultura escrita pase a formar parte de la cotidianidad de los ciudadanos y ciudadanas, que el acercamiento a los libros y a los diferentes formatos sea natural, auténtico y necesario; así como a los demás bienes culturales, científicos, tecnológicos, educativos y de salud. La promoción es concebida como una actividad integral e integrada al quehacer comunitario que propicia la incorporación de diversos actores sociales al proceso de la lectura y a la formación de promotores comunitarios. Se estructura un plan que vincula íntimamente el ejercicio de la lectura con la producción escrita y se plantea el establecimiento de una relación de continuidad cultural entre la oralidad, la cultura comunitaria y la lectura como marco y medio para la comunicación intercultural y el desarrollo social, tecnológico y productivo del país
3. PROPÓSITO
Desarrollar la capacidad lectora y ampliar la experiencia de la lectura en la población venezolana, sin desconocer la importancia que en ella alcanza la oralidad. Por medio de la enseñanza y la promoción de la lectura dentro y fuera del sistema educativo, para formar lectores competentes, que asuman la lectura no sólo como ejercicio placentero, sino también como vía para mejorar su formación y su contribución al desarrollo de la sociedad.
4. LÍNEAS DE ACCIÓN
1. Apoyo los diversos programas de alfabetización y la formación de lectores en todo el territorio nacional. Prestar especial atención a la alfabetización inicial en la escuela y la profundización lectora en la educación básica, media diversificada y profesional, y superior.
2. Impulso a los procesos de alfabetización intercultural bilingüe y desarrollo lector de las comunidades indígenas.
3. Fortalecimiento y desarrollar las bibliotecas del sistema educativo del país, particularmente las bibliotecas escolares de los primeros niveles de formación lectora (educación inicial y educación básica).
4. Fortalecimiento de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas en sus 24 Redes estadales incrementando, actualizando y expandiendo su cobertura hacia los municipios del país, articulando sus colecciones y actividades con las necesidades de información de la comunidad.
5. Desarrollo de un amplio proceso de formación de promotores de la lectura en todos los ámbitos de la sociedad, con especial énfasis en la familia, la escuela y la comunidad.
6. Registro, valoración, sistematización y apoyo a las múltiples experiencias de promoción y ejercicio de lectura y escritura.
7. Fortalecimiento del potencial editorial del país mediante la publicación, distribución y difusión de obras adecuadas a los objetivos de enseñanza y promoción de la lectura a precios accesibles.
8. Establecimiento de la coordinación permanente entre las autoridades Ministerio de Educación Cultura y Deportes y los productores de material de lectura, para orientar la producción, difusión y distribución del mismo según los objetivos del presente Plan.
9. Establecimiento de acuerdos interinstitucionales entre el sector público y el privado, a nivel local y regional, a fin de impulsar la participación de la comunidad en los objetivos y actividades inherentes al Plan Nacional de Lectura.
10. Desarrollo de los valores de integración cultural iberoamericana, latinoamericana y caribeña en la población venezolana.
11. Realización de estudios e investigación sobre aptitud y experiencia lectorra en la población venezolana.
5. OBJETIVOS GENERALES
a) Ampliar la participación social en la promoción y ejercicio de la lectura y la escritura.
b) Aumentar la identificación, el conocimiento y la valoración de la cultura local, nacional, regional e internacional, y propiciar la integración cultual iberoamericana por medio de la práctica de la lectura y la escritura.
c) Desarrollar la investigación sobre la situación de la lectura y la formación de especialistas en su promoción, garantizando la difusión de conocimientos en torno de esta práctica en Venezuela.
d) Estimular la creación, la producción y la distribución del libro y de los diversos formatos de lectura; y fortalecer la industria editorial venezolana.
6. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Relativos al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
a) Coordinar, supervisar, orientar y evaluar el desarrollo del presente Plan Nacional de Lectura.
b) Fortalecer y actualizar la formación teórica y práctica del docente en la promoción de la lectura y la escritura, desde la educación inicial hasta el nivel de educación media diversificada y profesional.
c) Apoyar la actualización de los métodos, estrategias e instrumentos de enseñanza de la lectura y la escritura en los diseños curriculares promovidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes en todo el sistema educativo.
d) Crear y dotar de colecciones de obras de literatura venezolana, latinoamericana y universal las bibliotecas de aula y las bibliotecas escolares de las escuelas públicas de todo el territorio nacional, prestando atención prioritaria a las ubicadas en las zonas más deprimidas.
e) Abrir las bibliotecas escolares a las comunidades de acuerdo con el principio de que la escuela es el centro del quehacer comunitario, como plantea el Proyecto Educativo Nacional
f) Ejecutar en todo el sistema educativo, en el ámbito formal y no-formal, programas continuos de promoción de la lectura y la escritura.
g) Incorporar en los programas de enseñanza de la lectura del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes aquellos títulos producidos a los efectos del presente Plan Nacional de Lectura.
h) Diseñar y ejecutar un programa de formación de promotores de la lectura en todo el sistema educativo, desde el nivel de educación inicial hasta la educación superior.
i) Difundir los aspectos teóricos sobre la enseñanza de la lectura y la escritura y la práctica de la promoción de la lectura en todo el territorio nacional.
Relativos a la formación de promotores de la lectura
a) Desarrollar, de manera conjunta con los entes con funciones de enseñanza y promoción de la lectura, un amplio programa de formación de mediadores o promotores.
b) Conformar equipos intra e interinstitucionales que desarrollen programas de formación de promotores de lectura dirigidos a la familia, docentes, bibliotecarios, libreros y miembros de la comunidad.
c) Coordinar de manera permanente las actividades de formación de promotores de la lectura y la escritura, con instituciones de educación media y superior, públicas y privadas, en todo el país, para lograr mayor impacto del esfuerzo en materia de lectura.
Relativos a la sociedad venezolana Las familias
a) Elevar el nivel lector de la población venezolana, por medio de la promoción de la lectura para mejorar su comportamiento lector y favorecer la formación de lectores competentes, capaces de mejorar su calidad de vida y su participación en la sociedad. Informar a las familias acerca de la importancia de crear entornos adecuados para la lectura y la escritura.
b) Diseñar y ejecutar programas que formen a las madres y a los padres como promotores de la lectura en sus vecindarios y comunidades.
Las comunidades
a) Estimular y apoyar el establecimiento de salas de lectura y bibliotecas en las comunidades que carecen de centros adecuados para la lectura.
b) Diseñar y ejecutar programas de formación de promotores de la lectura para líderes de las comunidades y establecer mecanismos para consolidar su papel y apoyar su ejercicio.
c) Estimular la creación de entornos adecuados a la lectura y la escritura en las comunidades.
La red nacional de bibliotecas públicas
a) Fortalecer la red nacional de bibliotecas públicas por medio del incremento y actualización de sus colecciones y la extensión de su cobertura a los municipios.
b) Coordinar el programa de formación de promotores de la lectura en todo el territorio nacional con todos los demás entes involucrados en el desarrollo del Plan.
c) Establecer y supervisar la coordinación permanente entre las bibliotecas públicas y las bibliotecas escolares a los efectos del presente Plan.
d) Preparar listas y difundirlas, con selecciones de obras de interés y adecuación a las demandas de lectura de lectores de diferentes localidades y nivel socio-económico.
e) Participar en el sistema de seguimiento y evaluación del desarrollo del Plan.
Las librerías
a) Diseñar y ejecutar programas de formación de los libreros como lectores y promotores de la lectura.
b) Propiciar la elaboración de listas con obras adecuadas para la enseñanza y promoción de la lectura para la población.
c) Diseñar y divulgar programas de ventas de libros apropiados para la promoción de la lectura a precios accesibles.
d) Ofrecer destacadamente en sus locales el material bibliográfico producido a los efectos del Plan Nacional de Lectura.
Las empresas públicas y privadas
a) Favorecer la formación de círculos de promoción de la lectura, en horarios especiales, en los cuales puedan participar obreros, empleados y personal profesional.
b) Crear y ejecutar programas de primas especiales, bonos o ayudas para el personal, para la compra de material de lectura.
c) Apoyar, por los medios que estimen convenientes, al desarrollo del Plan.
Relativos a la actividad editorial
a) Fortalecer la producción, difusión y distribución de obras adecuadas a los objetivos de enseñanza y promoción de la lectura contenidos en el presente Plan.
b) Estimular la creación, producción y circulación de libros en diversos formatos que tomen en cuenta las necesidades lectoras del país.
c) Promover la escritura y la edición de libros de letras, artes, humanidades, ciencias para las diversas edades lectoras.
d) Garantizar el cumplimiento de la Ley del Libro (Gaceta Oficial Nº 36.189 del 21 de abril de 1997) en los artículos específicamente referidos a insumos, empresas nacionales o residenciadas, y calidad editorial en cuanto a la producción de obras para los fines del Plan Nacional de Lectura.
e) Promover la publicación de materiales de lectura en sistema Brayle para invidentes.
f) Sensibilizar a los participantes en la cadena productora del libro (autores, diseñadores, ilustradores, editores, impresores, distribuidores, libreros, traductores, agentes literarios y consumidores), para que, asumiendo su rol social fundamental, contribuyan al desarrollo del presente Plan en atención a que la mayor demanda de materiales y obras para promover la lectura, justifica también mejores ofertas en calidades y precios de los mismos.
Relativos a la actividad cultural y nacional
a) Favorecer el contacto de los lectores actuales y potenciales con las expresiones de la cultura escrita venezolana y universal.
b) Incorporar en los programas de promoción de la lectura obras que fortalezcan el conocimiento de la cultura nacional, regional y universal.
c) Impulsar la preservación de las lenguas indígenas mediante la ejecución de programas de lectura especiales.
d) Propiciar la publicación de libros en lengua indígena y bilingües dirigidos a las comunidades indígenas del país.
e) Promover de manera permanente a los autores venezolanos e iberoamericanos
f) Investigar y recopilar manifestaciones culturales nacionales e iberoamericanas, a través del intercambio e integración entre los países.
Relativos a los medios de comunicación social
a) Exhortar a los medios a participar en el diseño y divulgación de programas de promoción de la lectura en todo el territorio nacional.
b) Propiciar y apoyar la realización de programas de promoción de la lectura, producidos por especialistas y dirigidos a la población en general y, en especial, a la más desasistida socialmente.
c) Impulsar la creación de incentivos para proyectos de excelencia sobre promoción de la lectura.
d) Apoyar a los medios que deseen impulsar proyectos de promoción de la lectura en todo el territorio nacional.
7. ESTRATEGIA
La ejecución del Plan Todos por la Lectura será permanente; sin embargo, con fines metodológicos, se definen aquí dos etapas que se diferencian entre sí por el énfasis que se pone en algunos procesos parciales:
Etapa 1: 2002- 2003
Esta etapa se encuentra en desarrollo, está definida por la formulación, investigación y dotación del plan; la revisión y actualización de los métodos de enseñanza de la lectura y la escritura que se emplean en todo el sistema educativo venezolano; la formación de promotores de la lectura en todo el territorio nacional, la preparación de materiales didácticos; la elaboración del diagnóstico de la situación de la lectura y la escritura en el país y el primer ajuste del Plan.
Etapa 2: 2004 - 2012
Esta segunda etapa será de ejecución plena, se orientará según los resultados de las investigaciones y de la evaluación de la primera etapa de ejecución del Plan y buscará consolidar y ampliar la participación de otras instituciones, empresas públicas y privadas y de las comunidades, en todo el territorio nacional.
8. ESTRUCTURA ORGANIZATIVA
El MECD creará un Comité Coordinador para el desarrollo del Plan, dependiendo directamente del Despacho del Ministro, de alto nivel gerencial y respetabilidad, y le asignará los recursos necesarios y suficientes para garantizar la coordinación interinstitucional del Plan.
Asimismo, designará un Consejo Asesor conformado por representantes de todas las instituciones involucradas en su ejecución.
FINANCIAMIENTO
a) El Ejecutivo Nacional asignará una partida presupuestaria relevante y proporcional a la magnitud del esfuerzo que las instituciones deberán realizar durante todo el período de desarrollo del presente Plan.
b) El Centro Nacional del Libro (CENAL) creará el Fondo para la Lectura y el Libro (FONLIBRO) para financiar por medio de un concurso nacional anual, proyectos de promoción de la lectura, ediciones y compras de libros venezolanos para apoyar enmarcadas en el presente Plan, en todo el territorio nacional de este modo el CENAL dará cumplimiento a lo dispuesto en la Ley del Libro del 21 de abril de 1997.
c) Las instituciones públicas con funciones relacionadas con la lectura y la divulgación de materiales escritos para su promoción actividades de promoción de la lectura dentro de la planificación del Plan Nacional de Lectura.
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[1] Líneas Generales del Plan Económico y Social de la Nación 2001 – 2007. Presentación, p. 2.
[2] En: OCEI, Encuesta de Hogares por Muestreo (EHM), Banco Central de Venezuela, Cuentas Nacionales, Ministerio de Educación, Anuario Estadístico de Venezuela.
[3] Biblioteca Nacional (Nov. 2001). La Población Lectora de las Bibliotecas Públicas Retrospectiva 1990-2000 Prospectiva 2001-2005/2010.
[4] “Región de América Latina y el Caribe”. Cuadro p. 68. En: Banco Mundial, Red sobre Desarrollo Humano, Estrategia sectorial de Educación. Washington, abril 2000.
[5] UNESCO, El Derecho a la Educación. (Hacia una educación para todos a lo largo de la vida). Informe sobre la educación en el mundo). Madrid, UNESCO–Grupo Santillana, 2000. p. 32. Cita de W. S. Gray, The Teaching of Reading and Writing: An International Survey. Paris/Londres, Unesco/Evans Brothers, 1956, estudio al que se concede gran influencia internacional.
[6] HERNÁNDEZ, Ana y Ramos S.: “Curso multimedia de comprensión lectora para estudiantes de educación a distancia”. Unaest@reaccium.ve;/www.c5.elinvestigador/actas/ribie98/
[7] GARCÍA, Jesús (Chucho): “Decreto 825 y analfabetismo digital” www.revistacandidus.com/
[8] Ibídem
RECORDEMOS QUE…
1. La lectura es un proceso de intensa actividad mental, a la vez cognitivo, lingüístico y socializador.
2. Leer es actividad voluntaria; no debe ser forzada, ni obligatoria.
3. El hábito lector se alcanza con la constancia y la práctica.
4. La lectura estimula la creatividad, fomenta y educa la sensibilidad, despierta y orienta la reflexión, exige la concentración y cultiva la inteligencia.
5. El niño aprende a leer porque tiene una motivación, ésta es externa, reside fuera del proceso de lectura. El niño, como el adulto, generalmente tienen dificultades para leer por falta de motivación, o por errores en los procesos de aprendizaje.
6. No se nace lector. El hábito o gusto por leer se adquiere en un ambiente social creado por los adultos cercanos al niño y la niña: familia, comunidad, escuela, biblioteca... Tales son los espacios naturales para la sensibilización y socialización del proceso lector, para la adquisición de destrezas lectoras y del gusto por la lectura.
7. Si los hábitos de aprendizaje han sido desarrollados en forma adecuada durante los años de la educación escolar, la lectura será una actividad placentera. Lamentablemente, no todos los que han aprendido a leer disfrutan con la lectura.
8. Cuando se logra desarrollar el gusto por la lectura en el niño y el adolescente, todos los demás procesos de aprendizaje, de manera encadenada, se alcanzan con mayor facilidad.
9. La promoción de la lectura supone motivar a los que no leen y reorientar la forma de leer –el comportamiento lector-, de quienes ya leen, aunque lo hagan sólo ocasional y deficientemente. Para lograrlo será necesario desplegar y poner a su alcance espacios acogedores, donde la motivación y el interés despierten y donde, además, se disponga de libros y otros materiales adecuados.
10. La práctica de la lectura tiene un efecto positivo que trasciende la acción de la escuela e involucra a la familia, la comunidad y la sociedad, entendiendo esa práctica no sólo como un ejercicio individual y placentero sino también como elemento fundamental para el desarrollo social.
11. Así, los alumnos de educación básica, media y profesional serán capaces de sintetizar, analizar y obtener conclusiones y, como adultos, podrán buscar la información que requieran para su propia formación y desempeño profesional y ciudadano.
12. Además, por medio de la lectura, es posible fortalecer la identidad nacional, valorar la diversidad étnica, cultural y lingüística del país.
13. Si bien se reconoce que la lectura y la escritura son instrumentos importantes para la comunicación, no son los únicos. Tal comunicación es el resultado de la continuidad en cada cultura entre la oralidad y la escritura.
14. La promoción de la lectura puede ser una actividad socialmente integradora en la medida en que incorpora a gran parte de los miembros de una comunidad.
15. En el proceso lector es el libro impreso, y en especial el de literatura y ciencias, formidable instrumento para la formación espiritual, intelectual, afectiva, ética y estética del lector.
16. La democratización de la lectura, del acceso al libro y a los demás bienes culturales, son objetivos estratégicos. Junto con la salud, la alimentación, la vivienda y el deporte, la lectura es una necesidad básica del hombre y la mujer contemporáneos, que deben luchar por su propio desarrollo y por el de la sociedad en la cual se desenvuelven.


República Bolivariana de Venezuela
Ministerio de Educación Cultura y Deporte
Vice ministerio de Asuntos Educativos
Plan Nacional de Lectura
Caracas. Diciembre de 2002